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balcáns II: bosnia e herzegovina. sarajevo

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galego

Érase unha vez, nun lugar remoto de Europa, detrás de sete montañas e sete ríos, un fermoso país chamado Iugoslavia. A súa xente pertencía a seis nacións distintas, tiña tres relixións distintas, e falaba tres linguas distintas. Eran croatas, serbios, eslovenos, macedonios, montenegrinos e musulmáns, aínda que todos traballaban xuntos, ían ao colexio xuntos, casábanse uns cos outros e viviron en relativa harmonía durante corenta e cinco anos*

Parece un conto, mais así era Iugoslavia antes da morte de Tito en 1980, e o máximo expoñente desta diversidade era BiH e concretamente Sarajevo. Sarajevo foi perante moitos anos un exemplo. Un exemplo de diversidade, de multiculturalidade, de coesxistencia. Esa coexistencia pódese ver aínda hoxe na convivencia de mezquitas, igrexas cristianas católicas e ortodoxas e sinagogas a poucos metros de distancia. Este espírito cosmopolita empezou a rachar en 1992 cos primeiros disparos que significaban o inicio dun asedio á cidade que duraría tres anos e medio. E de repente a senrazón converteuse no día a día. Non só se destruiu unha cidade, non só milleiros de persoas foron asasinadas, a alma de Sarajevo, a idea de convivencia, foi destruída.

english

There was once, in a remote place in Europe, behind seven mountains and sever rivers, a beautiful country called Yugoslavia. Its people belonged to six different nations, three different religions, and spoke three different languages. They were Croats, Serbs, Eslovenes, Macedonian, Montenegrian and Muslims, although all of them worked together, went to school together, got married amongst themselves. And they lived in relative harmony for forty five years*

It seems a tale, but Yugoslavia was like that before Tito died in 1980, and the best representative of that diversity was BiH and Sarajevo. Sarajevo was for ages an example. An example of diversity, multiculturalism and coexistence. That coexistence may be seen still nowadays in the mosks, ortodox and catholic cristian churchs and synagogues living together within a few metres. This cosmopolitan soul started to break in 1992 with the first shots which meant a siege over the town for three years and a half. Suddenly unreasonableness became the day-to-day for sarajevians. Not only a city was destroyed, not only thousands of people were killed, but the soul of Sarajevo, the idea of coexistence, was destroyed.

español

Érase una vez, en un lugar remoto de Europa, detrás de siete montañas y siete ríos, un hermoso país llamado Yugoslavia. Su gente pertenecía a seis naciones distintas, tenía tres religiones distintas, y hablaba tres lenguas distintas. Eran croatas, serbios, eslovenos, macedonios, montenegrinos y musulmanes, aunque todos trabajaban juntos, iban al colegio juntos, se casaban unos con otros y vivieron en relativa armonía durante cuarenta y cinco años*

Parece un cuento, pero así era Yugoslavia antes de la muerte de Tito en 1980, y  el máximo exponente de esa diversidad era BiH y concretamente Sarajevo. Sarajevo fue durante muchos años un ejemplo. Un ejemplo de diversidad, de multiculturalidad y de coexistencia. Esa coexsistencia todavía se puede ver en hoy en la convivencia de mezquitas, iglesias cristianas católicas y ortodoxas y sinagogas pocos metros de distancia. Ese espíritu cosmopolita empezó a romperse en 1992 con los primeros disparos que significaban el inicio de un asedio a la ciudad que duraría tres años y medio. Y de repente la sinrazón se convirtió en día a día. No solo se destruyó una ciudad, no sólo miles de personas fueron asesinadas, el alma de Sarajevo, la idea de convivencia, fue destruída.

Recursos/Resources:

*Drakulić, Slavenka (2008). No matarían ni una mosca. Criminales de guerra en el banquillo. L’hospitalet: Global Rythm.

2 responses

  1. Lo más increíble de Sarajevo es que ni siquiera durante los años que duró el asedio se rompió la solidaridad cultural. Durante el encierro al que los serbios sometieron la ciudad, dentro de ella no se quedaron Bosnios, sino gente de todas las etnias y religiones que se convirtieron en sarajevitas.
    Creo que no se puede destruir el espíritu de esa ciudad.

    Son muy hermosas tus fotos.

    11 January, 2012 at 17:28

    • arceibe

      Muchas gracias. Pues sí, esa fue una de las cosas que más me atrajo de Sarajevo.
      Conoces esta canción que hicieron durante el asedio para denunciar internacionalmente la situación?

      Un saludo!

      11 January, 2012 at 23:54

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